jueves, 3 de diciembre de 2015

¿Cuándo seremos libres?


Vivimos en Ecuador. Un país abundante en biodiversidad, culturas, etnias y religiones, pero aun con tanta pluralidad, encontramos que la mayor parte de la población posee una mentalidad muy cerrada. Este en un país pequeñito pero con una gran historia, una historia llena de represión y dolor. Considero que es gracias a este pasado conservador, al que hemos estado regidos por tantos años, que los ecuatorianos somos así. Nuestra gente ha crecido pensado que solo existe una manera para todo, un solo camino, y todo lo que se salga de ese “camino adecuado” es erróneo o malévolo y tiene que ser rechazado. Es por esta razón que el Ecuador en lugar de progresar, está retrocediendo. 

Hoy en día existen tantas cosas que se salen de lo ordinario y en lugar de tratar de comprenderlas, aprender de ellas y valorarlas como son, solo cerramos los ojos, nos tapamos los oídos y pretendemos que simplemente no existen. Esto me recuerda a una frase que escuche en una interesante película ecuatoriana llamada “En el nombre de la hija” dirigida por Tania Hermida, esta decía: “El que no quiere ver… que se tape los ojos” (Hermida, 2011). Lamentablemente esta frase es lo que caracteriza al ecuatoriano, una persona que en lugar de afrontar los hechos, solo huye de ellos.

Imagen recuperada de: Google Images
La película en sí habla mucho de esta problemática, una pequeña niña atea, va a vivir un tiempo en Cuenca con sus abuelos católicos conservadores, “curuchupas” como les decimos aquí, y ella tiene que luchar muy duro para que la sociedad no irrumpa en su modo de pensar, ella pelea en contra de los dogmas religiosos que se le quieren imponer para ser “igual que el resto” para ser “normal”. La religión es un componente muy importante en este país. Los españoles vinieron masacraron a nuestros indígenas y nos impusieron una religión de la que no conocíamos nada y con los años los gobernantes mantuvieron estos dogmas a la fuerza. Nos independizamos de los españoles, pero nos quedamos esclavos de sus ideales.

“Maldición de Malinche, enfermedad del presente, cuando dejaras mi tierra, cuando harás libre a mi gente.” (Ochos, Palomares. 1975) En esta frase de la canción “La maldición de Malinche” se expresa como hemos sido cautivos de una cultura que nos imputaron y de la cual nunca podremos emanciparnos.

Imagen Recuperada de: Google Images

La religión es la cárcel más grande que poseemos. Permitimos que la religión sea la que determine y nos diga que es moralmente “correcto” e “incorrecto”. La religión es la que no nos deja aceptar y amar al resto como son y es irónico ya que estoy muy segura que en la biblia dice: “amarás al prójimo como a ti mismo”. Pensándolo bien, el problema no son las religiones, el problema es la malinterpretación de algunas personas con respecto a las creencias de las religiones. Cuando cambiemos nuestra manera de pensar a una más amplia y aceptante, entonces avanzaremos y no estaremos estancados en el pasado.

Podría hablar mucho más de este tema, seguramente en el futuro profundicemos más algunas cuestiones pero por ahora esto en suficiente. 

1 comentario:

  1. Me gusta mucho este blog y en especial esta publicación de "cuándo seremos libres?", me parece que en nuestra sociedad la religión tiene una influencia enorme en todos los aspectos desde lo psicológico hasta lo político y deberíamos abrir un poco mas nuestras mentes y aceptar a todos como son.

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